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Habilidades blandas: ejercicios para potenciarlas en tus empleados

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6 minutos de lectura
Factorial HR

Uno de los puntos fuertes de los procesos de selección actuales son las soft skills o habilidades blandas. La importancia de estas habilidades es tan sencilla como el asimilar que no estamos solos en la empresa. Siempre se necesita tratar con compañeros y con clientes, tanto si estás en una oficina como si trabajas desde casa.

Si eres responsable del departamento de Recursos Humanos esto no es nuevo para ti y seguro que, a la hora de contratar a un trabajador tienes muy en cuenta la presencia en él de las habilidades blandas.

Ahora, estas habilidades se pueden tener pero también se pueden mejorar. De aquí en adelante vamos a ver qué son las soft skills y algunos ejercicios para mejorarlas.

Qué son las habilidades blandas

Las habilidades blandas o soft skills son aquellas que facultan a las personas para moverse por su entorno, trabajar bien con otros y conseguir los objetivos combinándolo con las habilidades duras.

Por ejemplo, si buscas un delineante, la habilidad dura es que tenga conocimientos de dibujo técnico y AutoCAD. Si además se trata de una persona sociable y amable que puede trabajar en equipo, ese es un ejemplo de una de sus habilidades blandas.

Si sientes que tus empleados flaquean en sus habilidades blandas, ¿qué ejercicios hay para mejorarlas? La mayoría de ellos serán dinámicas para realizar con compañeros y resultan muy amenas.

Ejercicios para mejorar las soft skills

La habilidades blandas para las que proponemos formación y ejercicios en este artículo son: comunicación, liderazgo, inteligencia emocional, resolución de problemas y atención al cliente.

1. Comunicación

En esta dinámica se trata de identificar los diferentes estilos de comunicación: pasivo, agresivo o asertivo.

Se empieza el juego pidiendo a cada uno de los miembros del grupo que escriban 5 o 6 características que definen cada estilo de comunicación, tanto verbales como no verbales. Después tienen que pasear y conversar por la habitación siguiendo las características que han anotado de cada uno de los estilos.

Cuando todo el grupo haya participado, el moderador explica las características que definen cada tipo de comunicación. Intercambiando impresiones con el grupo sobre el por qué los estilos comunicativos pasivo y agresivo no son adecuados.

Entre todos se configura una lista de características de la comunicación asertiva. Que es la que debe existir en las empresas.

2. Liderazgo

Este ejercicio consiste en que el grupo convocado debe elaborar una lista de las características y cualidades más importantes de un líder.

Para hacerlo se presentan varios anuncios de empleo en los que se buscan directivos o mandos intermedios.

Según cómo sea de grande el grupo se pueden hacer pequeños grupos. En ese caso, cada grupo tendrá un anuncio y escribirá una recopilación de las habilidades que consideran importantes para ese puesto. Cuando todos los grupos han terminado. Se pondrán las conclusiones en común. Y de esta manera todos sabrán que es un buen líder para el resto de los compañeros. Y en qué habilidades señaladas coinciden todos.

3. Inteligencia emocional

Este ejercicio consiste en que los empleados anoten los comportamientos de su supervisor. Que les han hecho sentir importantes y también aquellos que les han hecho sentir excluidos o poco valorados.

Cuando han terminado de anotar, cada trabajador expone lo suyo y explica los sentimientos que les provocaron las conductas de los superiores. Y cómo influyeron en su rendimiento y motivación laboral.

El objetivo de este ejercicio es señalar el impacto que tiene el líder. En la aparición o intensificación de ciertos sentimientos en los empleados. Tanto positivos como negativos. Hacer esta actividad sirve, además, para que la plantilla se conozca.

4. Resolución de problemas

Con esta dinámica entrenamos la resolución de problemas mediante la comunicación y la toma de decisiones. Consiste en que el grupo se queda encerrado en la oficina. De tal forma que no se pueden abrir ni puertas ni ventanas.

El grupo tiene que decidir qué 10 elementos de la oficina necesitarán para sobrevivir. Y los clasificarán por orden de importancia. El objetivo es llegar a un acuerdo unánime sobre los 10 elementos necesarios. Y su orden de importancia en 30 minutos.

Este mismo ejercicio se puede hacer planteando otro tipo de situación imaginaria. Una de las más conocidas es la isla desierta. Se da un papel a cada participante con el material que tiene disponible. Y tienen que llegar a un consenso acerca del material que necesitan para sobrevivir en la isla y el orden de importancia.

5. Atención al cliente

La atención al cliente necesita formación e innovación.

Cuando se contrata a un empleado para ese departamento hay que formarle desde el propio departamento de atención al cliente de la empresa. Esto es necesario incluso cuando tiene experiencia. Ya que quizá esa experiencia previa sea en otro tipo de empresa y con otro tipo de cliente.

También la atención al cliente necesita innovación y eso será lo que realmente haga única a la empresa. Y es que las tendencias en atención al cliente van hacia querer hacer sentir a ese cliente como único. Para ello hay que tener un punto de creatividad. Y estar muy atento para ver qué hacen otras empresas ya que también pueden salir ideas nuevas de esa información.

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Los ejercicios planteados para desarrollar las habilidades blandas también se pueden realizar online

Todos los ejercicios que hemos planteado son bastante clásicos y la explicación que llevan consigo dice que se realizarán en una oficina. Teniendo en cuenta el tiempo de confinamiento que hemos tenido, muchas reuniones han pasado a hacerse online y esto ha servido para que nos demos cuenta de que muchas de las actividades que siempre se han realizado de forma presencial se pueden hacer online sin problema.

Y hablando de actividades online, también hay cursos en la red para mejorar las habilidades blandas. Elegir una opción u otra de formación depende de cada empresa. Con la ventaja de que hoy en día hay oferta de sobra.

Habilidades blandas y competencias profesionales

A menudo en la gestión de Recursos Humanos, uno de los errores que pueden cometerse es el de confundir estos términos pensando que se trata de conceptos intercambiables. Pero este no es precisamente el caso.

Las habilidades, duras o blandas, son aprendidas en función del rol que el empleado necesite ocupar. Van desde el manejo de cuentas y la codificación hasta la soldadura. O la redacción de licitaciones, según el caos.

Como mencionamos anteriormente, mientras que una habilidad dura es de naturaleza técnica y cuantificable. Y un profesional puede alcanzarla mediante calificaciones específicas y experiencias laborales. Una habilidad blanda no es técnica.

Está menos arraigada en vocaciones específicas. Esto puede ser, por ejemplo, la gestión del tiempo o la comunicación verbal.

Por su parte, las competencias son aquellos conocimientos y comportamientos de la persona. Los que la llevan a tener éxito en un trabajo. Los ejemplos de competencias incluyen la mejora de los procesos comerciales. La planificación estratégica y las decisiones basadas en datos.

Las competencias explican eficazmente cómo los comportamientos de un individuo producen los resultados deseados en su función. Al igual que con las habilidades, existen varios tipos de competencias, incluidas las competencias básicas, que son aquellas que cualquier empleado exitoso requiere para ascender en una organización.

La mejor forma de poder analizar y medir las competencias laborales es mediante una rueda de competencias, que es un tipo de monitoreo asociado a la evaluación de desempeño y los mapas de talento.

La importancia de la formación continua

Con la finalidad de alimentar y fomentar las aptitudes profesionales, como pueden ser competencias digitales o habilidades técnicas, las empresas deben dedicar parte de su presupuesto de rrhh a la formación continua.

Pero, además de contribuir a la gestión de fortalezas y debilidades, los planes de formación en compañías tienen otros beneficios que exceden al incremento de habilidades blandas o duras. Su repercusión o impacto positivo puede sentirse en diferentes áreas.

Ofrecer a los empleados planes de formación constituye como un valor agregado. No solamente aporta un gran beneficio a la esfera profesional de la persona sino naturalmente, a la personal. Sentirse valorados más allá de la retribución salarial es, en el mercado laboral sumamente competitivo de hoy en día, más que importante para reducir la tasa de rotación.

Todas aquellas medidas que sumen al bienestar laboral deben ser incluidas en las políticas de empresa, sobre todo cuando ayudan al aumento de la productividad, mejora del employer branding y employee experience.

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¡Hola! Te cuento un poco de mi. Soy panameña y trabajo como Content Manager en Factorial HR para el equipo de LATAM. En Argentina decidí realizar una licenciatura en Dirección de Arte con un enfoque en Creatividad Publicitaria. Al terminar, empecé mi camino en el mundo del marketing digital, creando contenidos y campañas para diferentes mercados y sectores en múltiples plataformas digitales.

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